¿Lo mismo de siempre cada finde?
Quizá estás tan cansado y quemado del trabajo, que cuando llega el finde, solo quieres desconectar viendo Netflix en el sofá.
O quizá estás aburrido de los mismos planes cada finde, donde acabas con los de siempre, en el bar, de cervecitas.
Quizá incluso puede que hasta acabes saliendo el sábado. Y el domingo te espera la querida resaca. Sobrevives como puedes, tirado en el sofá.
De nuevo. OTRO FINDE IGUAL.
Quizá tus amigos ya tienen planes. O no. Y quedas con ellos. Con las mismas conversaciones una y otra vez sin aportar nada nuevo.
O quizá simplemente estés aburrido y sin planes para el finde.
¿No estás cansado de siempre lo mismo?
PORQUE YO SÍ
Y como acabé cansado de las mismas conversaciones banales de siempre o de acabar tirado en el sofá enganchado a Netflix.
Cree Tribu Consciente.
Somos un grupo mu majete!
Que nos juntamos algunos sábados para ir a la montaña.
Muchos repiten y nos vemos en todas las salidas.
Otros son nuevos y les acaba gustando tanto lo que hacemos, que ya están deseando la próxima salida.
Sea como fuere. SON SÁBADOS MOLONES.
Con gente molona.
Y si tú también molas, pues puedes venirte también.
Y te preguntarás…
¿Qué carajo hacéis para que merezca la pena ir?
Pues bien. Te cuento:
Hace años, dejé el trabajo de oficina, vendí todas mis cosas, y me fui a dar la vuelta al mundo. Ahí, A LO LOCO.
Acabé viviendo en la Patagonia Argentina, solo y aburrido. Así que me recorrí la cordillera de los Andes para matar el tiempo. Y resulta, que me enamoré de la montaña.
Ya me gustaba. Antes también iba. Pero caminar solo, en silencio, en la inmensidad de la Patagonia, te cambia.
Ando buscando esa sensación de nuevo. Pero aquí, cerca de Barcelona.
Caminar en senderos poco transitados, al lado del río. Sentarme en la cascada y cerrar los ojos. Escuchar cada gota de agua. Sentir cómo fluye el sonido por dentro. Seguir caminando. Subir la montaña y ver un sinfín de cimas. Dan ganas hasta de sentarse a pintar un cuadro.
Comer ahí arriba, la recompensa. La primera. Porque a la vuelta está la segunda. La cervecita.
Y quiero compartir esto contigo. No con mis amigos, ellos están taraos. Al igual que sus planes.
Compartir contigo un plan diferente. Salir de la rutina. De lo de siempre. En la montaña. Con personas como tú.
Muy bien. Me gusta. Pero… ¿Qué carajo hacéis en la montaña?
Vamos allá, presta atención:
Si quieres tenerlo todo bajo control, y saber exactamente lo que haremos.
MEJOR NO VENGAS.
Porque le quitas la gracia a la salida.
Déjame sorprenderte con algo.
Si quieres saber algo aproximado para ver si estás dispuesto a participar en algo así o mejor no entrar.
TE CUENTO.
Lo más chungo que vas a tener que hacer es presentarte al grupo. Vamos, quién eres y qué haces ahí con nosotros.
Hasta la persona más tímida sobrevive a eso.
Todo lo demás, a partir de ahí, es pasárnoslo bien y divertirnos. Sí, vamos a pasarlo bien. No a hacer terapia.
ME EXPLICO.
Puedes venir tranqui. Relax, no mordemos, solo damos abrazos.
Si vienes, conocerás personas interesantes que no lo harías de otra manera. Al igual que descubrirás nuevos lugares. Y no solo eso, verás la montaña con otros ojos.
ME EXPLICO MEJOR.
Vas a caminar en silencio, escuchando los susurros del viento y los pájaros pasar por encima de ti.
Vas a observar el paisaje mientras hacemos un juego con tus nuevos compis de montaña. Seguramente te toque encontrar algo en la naturaleza.
Vas a charlar de la vida con todos, como si estuvieras en un bar, pero uno de los buenos, es el bar que tiene las mejores vistas.
Si te asusta pasarlo bien, no quieres conocer a otras personas y pasas de la naturaleza.
MEJOR NO VENGAS.
Y será lo mejor, ya que solo aceptamos a gente molona.
Y las plazas son limitadas a 12 personas en cada salida.
Puedes seguir haciendo lo mismo de siempre.
O te puedes apuntar a la lista de espera.
Y te aviso del cuándo y del dónde de las próximas salidas.